David Sanz durante un partido de universidad en Estados Unidos
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Becas de fútbol en Estados Unidos, la mejor opción educativa que no cierra el llegar a profesional

Oscar Curras, Alejandro Estrelles y David Sanz son tres chicos que están a punto de terminar su primer curso universitario. Los tres son futbolistas y quieren ser profesionales. Para combinar su formación académica con su sueño deportivo se han ido a Estados Unidos con una beca para estudiar y jugar al fútbol en algunas de las universidades más prestigiosas del país. “Es la primera vez que salgo de casa y al principio me costó un poco pero es un opción increíble que recomiendo a todo el mundo”, explica Oscar a Digital Football Community, una sensación que comparten los tres protagonistas.

Vídeos de highlights para venderse a las unis

Cada año hay más jóvenes españoles que optan por seguir su camino en la liga universitaria de Estados Unidos. Más de ochenta jugadores iniciaron su aventura americana el pasado verano confirmando la tendencia alcista de los últimos cuatro cursos, en los que se ha multiplicado por seis el número de futbolistas españoles en la NCAA. AGM Sports es la empresa líder en España ayudando a deportistas a conseguir becas en EEUU (Aquí tienes toda la información). Desde 2004 ha recaudado más de 70 millones en becas universitarias, de los cuales 15 han sido para futbolistas. La ayuda media anual por cada chico es de más de 18.000 euros, mientras que las chicas llegan a los 24.000. Si el rendimiento es bueno en las aulas y el campo, es común que la universidad amplíe el soporte económico cada año. El curso académico suele rondar los 30.000. La plataforma de AGM ofrece a los deportistas visibilidad y contacto con los entrenadores y reclutadores de las instituciones, además de soporte personalizado durante todo el proceso.

Los técnicos pueden ver tus vídeos en tu perfil. Así ya se pueden hacer una idea de tus capacidades. Si les convence ya te piden un partido completo para tener más información sobre cómo juegas”, explica Alejandro. “Yo contraté a una persona para que me grabara los partidos y poder montar un vídeo de highlights”, apunta David, que jugó cinco años en las categorías inferiores del Racing de Santander, llegando hasta juveniles. El ‘problema’ del fútbol es que no es tan medible como deportes en los que el cronómetro sirve para poner en valor a un atleta. “Y en el caso de un mediocentro puro, que no tenemos muchos goles o asistencias, es imposible venderte con estadísticas”, asume David. Oscar había recibido tres ofertas de beca y uno de los entrenadores vino a España para verlo en acción. “AGM organizó unas jornadas de exposición dirigidas a los reclutadores de las universidades para que pudieran analizar a los jugadores desde la banda”, explica. “Si alguien viene desde tan lejos a verte es que tiene un interés real. Me prometió que iba a ser importante en el equipo y acepté su propuesta”.

Si no apruebas no juegas

Oscar Curras celebra un gol con la Universidad de Sacred Heart

El modelo universitario estadounidense es el ecosistema perfecto para lo que denominan ‘estudiante-atleta’. El orden de los factores es estricto: si no llegas a las notas que te exigen, no estás en el equipo hasta que te pongas al día en el aula. Y si eso no se produce, adiós beca. Mientras se cumpla lo pactado académicamente, las facilidades son absolutas para sacar lo mejor del alumno y del futbolista. “Si te pierdes alguna clase porque estás compitiendo fuera no hay ningún problema para que puedas recuperar lo que han dado. También tienes tutores a tu disposición para lo que necesites”, cuenta Oscar, que cursa Sport Management en la Universidad de Sacred Heart.

“Un compañero pudo hacer un examen en el hotel durante una concentración con un supervisor de la universidad”, ilustra Alejandro, estudiante de International Business en Wisconsin-Madison. “Nosotros tenemos que ir todas las semanas varias horas a un aula de estudio para atletas para estar mejor preparados académicamente”, añade David, que está haciendo Health & Fitness Education en Cincinatti. Algo impensable en España, donde deporte y formación de élite no van de la mano. El golfista español Jon Rahm, la gran irrupción de la temporada en el PGA, es un gran ejemplo de las bondades del sistema. Se licenció en Comunicación y un año después de terminar los estudios en Arizona State es ya uno de los mejores del mundo.

La extensión del entrenador en el campo

Si en algo es modélico el fútbol español es en su faceta formativa. Nadie ha moldeado mejor el talento de manera estructural que España en los últimos quince años. Federaciones europeas como la alemana o la belga han adaptado el modelo español a sus particularidades para crecer a nivel de fútbol base. En un país todavía atrasado en cuanto a categorías inferiores como es Estados Unidos, el futbolista español es un valor añadido. “El entrenador confía plenamente en mi, me pide que mande en el campo y me deja hacer todo lo que quiero en el buen sentido”, explica Oscar, que ilustra con dos ejemplos su ascendencia táctica sobre su jefe y los propios compañeros. “Estábamos jugando un partidillo en el entrenamiento y le di un grito al lateral del lado contrario a la jugada para que cerrara, como hay que hacer siempre. Entonces el míster paró el ejercicio para que se lo explicara a todos. Varios compañeros me han escrito después de entrenar pidiéndome consejo sobre algún movimiento o cómo solucionar algo dentro del campo. Tienen muy buena predisposición por aprender”. “Yo también me siento aquí más valorado por el entrenador. Me suele pedir opinión para ver cómo veo al equipo y qué creo que hay que cambiar”, coincide David.

Beca en Estados Unidos y llegar a profesional

Uno de los ejemplos de éxito a nivel futbolístico tras salir a Estados Unidos con 18 años es el del canterano del Real Madrid Víctor Muñoz, que gozó de una beca completa durante cuatro años en la prestigiosa UCLA y fue drafteado por el DC United de la MLS. Aunque no es lo normal, la opción norteamericana en ningún caso cierra las puertas del profesionalismo. “Un excompañero mío ha fichado por el Sub’23 del Sunderland y va a jugar la Copa Confederaciones con Nueva Zelanda”, cuenta Alejandro, un mediapunta cuyo jugador favorito es Isco y que en ningún caso descarta su sueño de ser profesional tras acabar la carrera. “Lo intentaré y si no puede ser, me quedo con la experiencia, los estudios y la ética de trabajo que estoy aprendiendo”. David también quiere luchar por tener una carrera en el fútbol. “Lo voy a intentar al máximo y creo que Estados Unidos es un buen lugar. Veo más factible llegar aquí que en España. Está creciendo mucho este deporte, va a ser más importante en los próximos años y quiero estar dentro”. “Yo también quiero seguir ligado al fútbol y si es jugando mejor, sea en Estados Unidos o en cualquier país”, dice Oscar.

3 Comments

  1. […] y además podría ser profesional en el fútbol de allí. Entonces me puse en contacto con AGM, empresa que asesora a los estudiantes para que obtengan una beca deportiva en Estados Unidos, y vimos […]

  2. Quiero una beca par ser un buen portero

  3. Quiero una beca para jugar en el futbol profesional

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